Nació en Nueva York en 1923, y casi desde la cuna ya se relacionaba con los dos elementos que le darían su posterior fama: la moda y la fotografía. Su madre era aficionada a la fotografía, la practicaba como hobby y la coleccionaba. Mientras, su padre trabajaba como dueño de una tienda de ropa.
En 1942, se alistó en la marina, donde su cometido fue el de fotografiar a las tropas para su identificación; Para ello contó con una cámara Rolleiflex que su padre le había regalado como despedida. Realizó más de mil retratos.De vuelta a casa, tras formarse en fotografía hasta 1950, Richard empezó a trabajar en la revista Harper’s Bazaar, de la que pronto fue director de fotografía.Dos décadas estuvo trabajando para la revista americana hasta que en 1966 pasó a convertirse en fotógrafo de Vogue USA. Empeñado en dar rostro a casi setenta años de historia, Avedon ha recogido algunos de los momentos y los personajes más relevantes del siglo. Además de sus ya míticas instantáneas de moda, ha fotografiado los movimientos por los derechos civiles en el sur de Estados Unidos, a los manifestantes contra la guerra de Vietnam, la caída del Muro de Berlín y sus retratos ante un fondo blanco son ya antológicos.

Uno de sus viajes le llevó a París, ciudad de la que se enamoró locamente, aunque no estaba en su mejor momento tras la II Guerra Mundial. Decidió elevar la categoría de esa ciudad a un nuevo nivel, a base de elegancia y glamour clásico, fusionando la fotografía hecha en la calle con una escenificación planeada para impactar emocionalmente.Hacía una fotografía que transmitía y emocionaba a pesar de tener un objetivo comercial. No fue al primer fotógrafo que se le ocurrió hacer algo así, pero sí el que mejor supo hacerlo con este estilo. Innovó también a la hora de posicionar a los modelos, a los que hizo protagonistas y les dio una personalidad y un personaje. Estableció las bases de los que son hoy las modelos como las conocemos.
Es difícil elegir una cosa que destaque por encima de otra entre los trabajos de Richard Avedon, pero sin duda sus retratos estarían en el podio. Su éxito radica en la aparente sencillez: un fondo plano y un personaje. Te preguntarás entonces: ¿Y qué tienen de especial?. Avedon conseguía captar rasgos inesperados de los rostros de personajes reputados como Marilyn Monroe, Andy Warhol, George Bush, etc… Con una técnica muy sencilla pero efectiva conseguía que el retratado perdiera la tensión.Por lo general, para relajar a sus retratados no usaba un complejo sistema, era simple: los agotaba. Eso sí, en ocasiones cerca de cuatro horas, los sometía a largas, cansadas y tediosas sesiones de horas de estudio hasta que el retratado, derrotado y exhausto física y anímicamente, cesaba inconscientemente de «actuar», de mostrar esa pose que todos (más que nadie los personajes públicos) nos creamos, para desvelar finalmente ante la cámara su personalidad más sincera.
Una de sus anécdotas más famosas es la del retrato de los Duques de Windsor: los duques, acostumbrados al protocolo, posaban una y otra vez con su sonrisa estereotipada. Avedon no veía el modo de sacar esa faceta que tanto buscaba, hasta que se le ocurrió; Muy compungido les comunicó en un descanso de la sesión que el perrito preferido de los duques, al que querían como a un hijo, acababa de morir aplastado por un taxi (todo falso, claro).Con un sólo vistazo a la imagen se aprecia en el rostro de los duques la supuesta grave situación…
En 1979 el Museo Amon Carter de Fort Worth en Texas., encargó a Avedon «In the American West», la obra que le encumbraría definitivamente como gran maestro de la historia de la fotografía. Este proyecto mandó a Avedon durante estos años al Oeste de Estados Unidos a documentar a personas anónimas, que nunca se habría sabido de ellas cuando murieran, como vagabundos, granjeros, amas de casa, presos, vaqueros, oficinistas…, gente que sin ser grandes, ganan protagonismo gracias a sus fotografías.La técnica que utilizaba era la de fotografiar con luz natural al aire libre en cámara de gran formato. Utilizó más de 17.000 placas con unas 750 personas, mientras recorría cerca de 190 lugares en 17 estados diferentes. De ellos se seleccionaron los 123 que en su momento conformaron toda la serie
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